José y Luis vivían cada uno en un cortijo cercano.
José se dedicó a plantar semillas de muchos tipos, las cuidó y cuando llegó la hora recogió las cosechas. También crió cerdos y gallinas, además antes de que llegara el frío, guardó leña en su leñera.
Mientras, Luis se dedicaba a salir de fiesta, bañarse y dormir.
Cuando llegó el invierno, Luis no tenía comida ni leña y le pidió ayuda a José.
Al principio pensó decirle que no, pero le dio pena y le ayudó a pasar el invierno; aunque le puso una condición: que cuando pasara el frío, se fuese a trabajar con él todos los días, y así lo compartirían todo el próximo invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario